Lo Que Ser Anfitriona en Airbnb Me Reveló Sobre Mi Vocación

En los últimos dos años he hospedado a más de 32 personas en Airbnb y he mantenido una calificación perfecta de 5 estrellas.

Cuando me senté a escribir sobre esto, pensé que sería sencillo: contar cómo haber estudiado Diseño y Experiencia de Usuario (UX) me ayudó a convertirme en Superhost de Airbnb.

Parecía lógico asumir que mi formación en diseño era la razón principal.

Entender las necesidades del usuario, anticipar lo que buscan, hacer todo más claro y hasta disfrutar esos pequeños detalles que hacen que algo sea especial, aunque se trate simplemente de encontrar una llave en una caja.

Pero mientras más reflexionaba, más claro me quedaba que en realidad todo era al revés.

No me convertí en buena anfitriona porque estudié Experiencia de Usuario o diseño. Estudié diseño y experiencia de usuario porque siempre he estado obsesionada con crear experiencias.

Ser anfitriona nunca fue solo ofrecer un lugar donde dormir. Para mí se trataba de imaginar la experiencia completa: desde las fotos del anuncio y ponerle el nombre The Green Flat para resaltar sus paredes verdes y su conexión con la naturaleza, hasta pensar cómo se sentiría llegar después de un viaje largo y prever cualquier duda o problema antes de que ocurriera.

Desde niña me fascinaban los detalles que mucha gente pasaba por alto. Cómo ciertos lugares generaban expectativa antes de cruzar la puerta, o cómo los sonidos de fondo y la iluminación podían transformar un espacio cualquiera en algo memorable.

Cuando decidí estudiar diseño, nunca imaginé que era otra manera de potenciar esa curiosidad que ya tenía desde pequeña. La fascinación por entender cómo los colores, las historias y los detalles hacen que las personas conecten con una marca. Especializarme después en experiencia de usuario solo hizo que todo encajara aún más.

A veces creemos que nuestro camino se construye de forma lógica, paso a paso. Pero muchas veces es simplemente la expresión más natural de quienes siempre hemos sido.

Lo que quiero decir es que las cosas que nos fascinaban de niños siguen teniendo mucho que ver con la forma en que trabajamos hoy.

Si más personas prestáramos atención a lo que siempre nos ha entusiasmado, probablemente seríamos más felices y también más exitosos.

No porque la pasión, por sí sola, garantice resultados, sino porque la curiosidad hace que sigas mostrando interés. Con el tiempo mejoras, te vuelves distinto, ayudas a más personas.

Y casi siempre, el éxito termina llegando.

Fotografía: John Tekeridis on pexels.com